Álvaro Campana Ocampo
Estamos conmemorando varios centenarios en estos años: el año pasado (2023) se conmemoraron los cien años de las conferencias de la “Historia de la Crisis Mundial” de Mariátegui, así como de “Historia y Conciencia de Clase” de Gyorgy Lukács. Igualmente, la realización del primer seminario que dio origen a la llamada Escuela de Frankfurt en la que también participaron Lukács, Karl Korsh y Max Horkheimer, cuyo legado ha trascendido hasta hoy a través de la llamada teoría crítica de la sociedad[3]. Este 2024 se cumple el centenario de la muerte de Lenin y también del libro escrito por Lukács “Lenin. La coherencia de su pensamiento”, que en el caso peruano la Editorial el Combatiente, la Escuela de Formación Política Praxis y Nuestro Sur acaban de publicar en una edición que además contiene como novedad un prólogo de Eduardo Cáceres y un epílogo de Praxis, e incluye un estudio preliminar de Néstor Kohan preparado para una edición de 2006 en Argentina.
Y cabe la pregunta planteada en la presentación del libro por Aida García Naranjo: ¿por qué volver a publicar un libro centenario y dialogar sobre el mismo en estos tiempos?[4] Es lógico responder esta pregunta haciéndola extensiva a las actividades que venimos realizando en torno a las conferencias de Mariátegui en las Universidad Popular Gonzáles Prada y otras conmemoraciones[5]. En tiempos de perplejidad, estupor y ausencia de certezas; en medio de una “Megacrisis” que amenaza con destruir a la humanidad y el planeta; y sobre todo en el contexto de una indigencia estratégica, teórica y crisis ideológica y política en las izquierdas del Perú la respuesta a esta pregunta no puede ser sino la necesidad de recurrir a la teoría crítica, a la teoría revolucionaria, particularmente a la elaborada en un contexto de “crisis civilizatoria” del capitalismo, de emergencia y expansión de la ultraderecha, de guerras interimperialistas y la urgencia de proyectos revolucionarios que marcaron los inicios del siglo XX. Todo ello para tratar de elaborar nuestra propia caracterización de la crisis –deber de la vanguardia según Mariátegui-, y conforme a ello actuar para convertirla en una oportunidad revolucionaria.
Si bien es cierto, la teoría crítica ha ido encontrando nuevos caminos al compás de las luchas, avances y retrocesos de los proyectos emancipatorios y las fuerzas transformadoras a lo largo del siglo XX e inicios del siglo XXI, en su seno se produjo una etapa de “pacificación”[6] tras las luchas finales de los años sesenta del siglo pasado, a lo que se sumó una aguda crisis luego de la caída del Muro de Berlín y la desaparición del llamado Socialismo Realmente Existente. A pesar del avance de las perspectivas críticas anticoloniales y los movimientos antineoliberales que sacudieron los años noventa, la globalización neoliberal y la hegemonía norteamericana se impusieron para desarrollar formas de acumulación por desposesión a escala global, y no precisamente de manera pacífica sino a través de lo que se denominó la “guerra contra el terrorismo”. Entonces, se hizo patente la ausencia de un horizonte anticapitalista que dotará de marcos interpretativos y de acción conjunta y sistémica a las fuerzas transformadoras. Es por ello, que además de balances de todo lo discurrido, hoy se hace necesaria también una vuelta a las fuentes, a revisar nuestros puntos de partida.
Como diría Lukács, ninguna situación es similar a la otra como hoy es por ejemplo palpable la ausencia de proyectos revolucionarios –a diferencia de las primeras décadas del siglo XX con el desafío bolchevique- mientras que los “neofascismos” están a la orden del día. Sin embargo, es indudable que muchos de los análisis y experiencias de entonces pueden ayudarnos no sólo en términos de ajustar nuestros instrumentos teóricos y métodos de interpretación, sino hacer paralelos y sobretodo alimentar nuestra imaginación y acción política.
Como dice Maurizio Lazzarato[7] vivimos una época en la que el Capital, en alianza con el Estado, muestra “nuevamente” y abiertamente su entraña guerrerista ante su necesidad de romper sus propios límites, externos e internos para iniciar un nuevo ciclo de acumulación. Otra vez nos hallamos en un contexto de guerra interimperialista a nivel mundial y de guerra dentro de los límites nacionales o regionales contra los trabajadores, las mujeres, los pueblos indígenas y los migrantes. Estamos lejos del fin de la historia proclamado por Fukuyama y más cerca del fin de la humanidad con desafíos como la propia crisis climática o las crisis sanitarias y en genocidios abiertos como los que vienen ocurriendo en Gaza, además de guerras que han echado por tierra todo el orden internacional. En contextos como estos cabe recordar que los compañeros y compañeras de inicios del siglo XX, con Lenin a la cabeza, buscaron convertir la guerra interimperialista en una “guerra civil”, en una posibilidad revolucionaria, mientras que nosotros nos hallamos impotentes para responder a estos desafíos en términos teóricos y prácticos.
Es por ello que consideramos pertinente volver a textos como el de Lukács quien pertenece a una de las generaciones de revolucionarios más importantes a inicios del siglo XX. Y preguntarnos como lo hace Eduardo Cáceres en el prólogo cómo desarrollar una “política realista” que efectivamente actualice la revolución e impida la catástrofe total de la humanidad a la que nos vamos deslizando aceleradamente. Justamente este es un punto de partida importante para este esfuerzo de Lukács por dar cuenta de lo que considera el aporte fundamental de Lenin y el hilo conductor de su actividad teórico práctica: la actualidad de la revolución. Esta exigencia que tendrá a la dialéctica como método y perspectiva de “análisis concreto de la realidad concreta”, considerando la totalidad y en el marco de ella las especificidades donde hallar las posibilidades de transformación revolucionaria, y al proletariado con conciencia de clase y al partido como la vanguardia que permite una lectura integral y una acción decidida y fuerte, como actores fundamentales de la transformación en una época de desarrollo imperialista del capitalismo que a su vez anuncia las posibilidades de su superación.
Este libro es un intento de enfrentar, en el marco del triunfo de la revolución en Rusia y de la construcción del socialismo, a las posiciones de derecha y a las del ultra-izquierdismo del movimiento socialista que terminan reificando el marxismo, sin comprender la importancia de la dialéctica entre los sujetos sociales y políticos en la transformación social, con el contexto y la correlación de fuerzas que contienen las tendencias sobre las cuales deben actuar. Igualmente enfrentar la fetichización de las formas y tácticas de lucha que buscan denostar la lucha legal institucional o la conciben como la única forma posible de un transito pacífico y evolutivo imposible al socialismo, cuando de lo que se trata es de interpretar y caracterizar rigurosamente las tendencias y aplicar una táctica adecuada a las mismas que no es generalizable y que requiere de pasos concretos y “realistas” guiados por la exigencia revolucionaria que articula la totalidad de factores y la acción concreta.
Lukács demuestra como estos elementos se articulan coherentemente en el pensamiento y acción de Lenin desde la actualidad de la revolución, los límites del espontaneismo en el proletariado y la importancia del partido capaz de comprender con rigor la realidad y contribuir a la construcción de una conciencia de clase que dé cuenta de la totalidad de la realidad en movimiento -no fragmentada, ni unilateral, ni fetichizada- con una perspectiva realista, en medio de la heterogeneidad del propio proletariado que debe superar este escollo y asumir su rol histórico universal. Resalta también la genialidad de Lenin no en descubrir el imperialismo, ni mucho menos, sino sacar las consecuencias concretas del mismo para la acción revolucionaria en el marco de la guerra mundial para transformarla en una guerra partisana, la importancia del Estado como instrumento del proletariado y como negación del estado burgués, así como la importancia de una “realpolitik” revolucionaria. Es importante mencionar que la obra de Lukács es muy amplia y abarca diversos temas relacionados con la estética, la ontología y la política que en el caso peruano parece no haber trascendido en la formación militantes o más allá de algunos núcleos intelectuales o universitarios a pesar de ser considerado uno de los grandes marxistas de todos los tiempos. Tuvo un atormentado camino intelectual como resultado de su compromiso revolucionario que lo llevó a padecer censuras, autocensuras, prisión y poner en riesgo su propia existencia mientras buscaba ser consecuente con la necesidad de desarrollar una política realista pero revolucionaria. No sólo fue un intelectual brillante y sofisticado, sino que fue un militante que llegó a ejercer responsabilidades políticas en el marco de los experimentos revolucionarios consejistas y democratizadores llevados adelante en su natal Hungría incluido el que el país finalmente fue invadido hacia 1954 y la experiencia revolucionaria aniquilada con los tanques de la URSS dirigida por Nikita Jrushchov.
[1] Lukács, Gyorgy. Lenin, La coherencia de su pensamiento. Lima. Praxis, El Combatiente y Nuestro Sur. 2024.
[2] Lukács fue un filósofo y revolucionario húngaro nacido en 1885 y fallecido en 1971.
[3] Neumann, Alexander, “Frankfurt 1923–2023: Teoría crítica y revolución” En:https://conversacionsobrehistoria.info/2024/02/15/frankfurt-1923-2023-teoria-critica-y-revolucion/#:~:text=En%202023%20se%20record%C3%B3%20el,mismo%20nombre%2C%20todav%C3%ADa%20hoy%20activa.
[4] Ver aquí la presentación que contó la participación de Eduardo Cáceres, Aída García Naranjo y Gustavo Pérez Hinojosa y la moderación de Carlos Rivera de Praxis. https://fb.watch/qWXUXt-pAB/
[5] El Archivo José Carlos Mariátegui y Nuestro Sur han desarrollado un ciclo de discusión en torno a las conferencias dadas por Mariátegui en las Universidades Gonzales Prada a lo largo del año 2023 y 2024. Ver aquí el programa de la primera parte: https://www.mariategui.org/2023/09/11/lectura-y-debate-historia-de-la-crisis-mundial-1923-2023/ y la segunda parte: https://www.mariategui.org/2024/01/20/ii-ciclo-de-lectura-y-debate-historia-de-la-crisis-mundial/
[6] Es decir, se excluyó o se invisibilizó la guerra y la lucha de clases como factores de reproducción del capital.
[7] Lazzarato, Maurizio. Guerra o revolución. Porque la paz no es una alternativa. Buenos Aires,Tinta Limón. 2022