A 94 años de su fallecimiento ¿Volver a Mariátegui?

Álvaro Campana Ocampo

Camino al Bosque de Matamula. 1929. De izq. a der.: Miguel Adler, Jorge del Prado, José Carlos Mariátegui, Noemí Milstein, Blanca del Prado, Ricardo Flórez.

Este año se cumplen 94 años del fallecimiento de José Carlos Mariátegui. El año pasado se cumplieron cien años de la realización de sus conferencias sobre la crisis mundial en la Universidad Popular Gonzales Prada. El 2025 se cumplen cien años de la publicación de la Escena Contemporánea. Si bien es manido el tema de las vigencias, definitivamente Mariátegui, como los marxistas revolucionarios de su época, tienen mucho que decirnos y pueden ser un útil punto de partida para entender nuestra época en estos tiempos de estupor, de incertidumbre, de transición a un nuevo momento histórico, en suma, de crisis. Además, porque a diferencia de entonces las izquierdas parecen desarmadas, e incapaces de proponer una alternativa a la crisis de la civilización capitalista, de la democracia liberal, al desafío de la emergencia de la ultraderecha y las guerras interimperialistas en un contexto en el que la crisis climática, es otro factor fundamental al ponerse la humanidad en peligro de extinción.

Mariátegui plantea que el deber de la vanguardia es comprender el carácter de la crisis, una crisis que el definió como una “crisis civilizatoria”, no sólo política o económica, sino ideológica y filosófica, de sentido, en la que se produce el cuestionamiento de las bases mismas de la civilización capitalista, una crisis de occidente y la sociedad y culturas burguesas. El orden internacional construido tras la segunda guerra mundial, por ejemplo, hoy hace agua producto de la pugna por el poder global principalmente entre el capitalismo norteamericano y el Chino y los reacomodos políticos y militares que eso implica con unas Naciones Unidas impotentes de frenar genocidios y la violación de derechos humanos cometidos con la complicidad de las “democracias occidentales” como el que se produce en Gaza o de impedir que los países vulneren los marcos mínimos del derecho internacional como ocurrió con el asalto de la Embajada de Ecuador. ¿Estaremos transitando a una “guerra total” que se anuncia en el conflicto entre la OTAN y Rusia entre otros? ¿Podría abrir este escenario abrir posibilidades de transformación sistémica y revolucionaria?

Como afirma Alvaro García Linera, ante una crisis muy profunda de sentido también se abre una disputa por el futuro. Se hace otra vez evidente el carácter guerrerista del capitalismo, tenemos sobre la mesa un proyecto de salida autoritaria y neofascista dispuesto incluso a prescindir de gran parte de la humanidad; y del otro lado una defensa de una civilización y un tipo de democracia que se cae a pedazos por parte de los sectores llamados progresistas, así como una patente ausencia de alternativas de transformación revolucionaria, a diferencia del tiempo de Mariátegui en el que la alternativa revolucionaria con el triunfo de la revolución bolchevique se presentaba como un camino posible para la superación de la decadente civilización burguesa. Vivimos un tiempo de gran confusión y de crisis en las izquierdas, con una profunda incapacidad en cuanto a su capacidad de interpretar el mundo: por una parte pasto de un posibilismo político incapaz de plantear un sentido de urgencia; o atrapada en la melancolía “marxista-leninista”; o tal vez prescindiendo de una mirada desde la lucha de clases para sustituirla por una idea geopolítica de los conflictos actuales; o del conspiracionismo reaccionario que pasa de contrabando como antisistema y que nos impide enfrentar decididamente a la ultraderecha y abrir una salida revolucionaria a esta crisis que amenaza acabar con la humanidad entera. En este sentido, parece clave rescatar muchas de las ideas, debates y métodos de interpretación de la realidad propuestos por Mariátegui y comprender a partir de ello que lo que está en juego en estos tiempos es también la posibilidad de gestar una civilización diferente con todo lo que ello implica como desafío político, económico, ideológico y filosófico.

Álvaro Campana Ocampo
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