La lucha por la memoria, el informe de la Comisión de la Verdad y los derechos humanos

La Asociación Nuestro Sur presenta «La lucha por el futuro es la lucha por la(s) memoria(s)» , una publicación que conmemora y somete a debate los 20 años de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en el Perú. El documento se sitúa en un contexto de profunda crisis mundial y nacional, marcado por el avance de la ultraderecha y la descomposición del Estado. Se plantea que la memoria transicional, asociada al antifujimorismo y al proceso de justicia y derechos humanos iniciado en 2001, ha quedado subalternizada. Este volumen busca reflexionar sobre las causas de esta situación, la dinámica de la crisis actual y los retos de las políticas de memoria. La liberación de Alberto Fujimori es mencionada como un ejemplo del agotamiento de esa memoria transicional.
El núcleo del documento es una serie de materiales que abordan la disputa por el relato histórico. Se incluye un análisis temprano de Nicolás Lynch (2007) que ya alertaba sobre el «fracaso político» de la CVR, a pesar de su «triunfo moral». Esta idea resuena con los artículos de 2023, que describen cómo la violencia neoliberal se ha transformado en una cruzada por reescribir el pasado , buscando legitimar crímenes y perseguir cualquier resistencia ciudadana. Jorge Millones expone que los dos extremos antidemocráticos (Sendero Luminoso y el fujimorismo/neoliberalismo) se han opuesto ferozmente a la CVR , mientras Alana Viera cuestiona la eficacia de la «verdad institucional» y la industria de los derechos humanos en un Estado que se rige necropolíticamente, donde la justicia y reparación son aún inaccesibles para la mayoría de las víctimas.
Finalmente, se presenta la discusión de la mesa «Ni verdad ni Reconciliación», donde los participantes analizan que la memoria no es pasiva, sino un campo de batalla. Eduardo Gonzales Cueva explica que la narrativa hegemónica, urbana y mediática, minimiza la complejidad del conflicto en regiones como Ayacucho. Jefrey Gamarra, desde Ayacucho, plantea que el deber de la memoria es ser prospectiva, exigiendo justicia y una reconciliación que no es perdón, sino una búsqueda de cohesión social. Indira Huilca concluye que la vocación de borrar las memorias proviene de los sectores de poder que buscan ocultar su responsabilidad en la violencia estructural. El consenso es que la lucha por la memoria es indispensable para retar el orden social vigente y abrir una alternativa democrática.
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