DEBATES DESDE NUESTRO SUR 1:

¿Cómo salir de la crisis? Tendencias, escenarios, actores

(Síntesis del debate realizado el 9 de junio 2022)

Desde el 2016 en adelante, la palabra “crisis” ha estado cada vez más presente en el debate político y la conversación cotidiana en el Perú. Inicialmente estuvo asociada a una disputa institucional entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, pero hoy, tras la pandemia y sus estragos y en medio de una inflación creciente, se asume que la crisis también es económica y social. Crece, entonces, la conciencia de que los problemas institucionales, económicos y sociales percibidos son, en realidad, síntomas de una crisis muy profunda, estructural, y que el sistema vigente ya no puede procesar los conflictos en curso y su legitimidad se agota cada vez más. Si esto es así, tímidas reformas o simples cambios de “autoridades” no resuelven la crisis, sino que tienden a prolongarla cuando no a agudizarla, por ello, cobra cada vez más vigencia la idea de un proceso constituyente como salida a la crisis.

En este contexto, la Asociación Nuestro Sur organizó el debate “¿Cómo salir de la crisis? Tendencias, escenarios y actores” para profundizar el análisis sobre el carácter de la “crisis” y las posibles salidas considerando el perfil, intereses y fuerzas de los distintos actores vigentes. Los participantes fueron Catherine Eyzaguirre (economista), Rosmery Roca (antropóloga), Eduardo Ballón (antropólogo y analista político) y Marino Flores (asesor de rondas campesinas).

En primer lugar, Eduardo Ballón señaló que hay una crisis muy profunda marcada por tres dimensiones: el desplome de un régimen político, el fracaso del Estado neoliberal (capturado por todo tipo de poderes económicos) y un modelo de crecimiento sin desarrollo desgastado tras la pandemia. Esto explica por qué, a pesar de que el PBI creció más de 13% el año pasado, simultáneamente la pobreza subió a niveles de hace una década y ahora la crisis alimentaria pone en riesgo a 15 millones de peruanos. Ni el Poder Ejecutivo ni el Congreso ofrecen soluciones a estos problemas porque están enfocados en sobrevivir institucionalmente. El nivel de inestabilidad dificulta también la implementación de políticas concretas para resolver los problemas de la gente: 4 gabinetes, 36 ministros, 132 altos funcionarios han tenido que dejar rápidamente sus cargos hasta el momento. Ballón señala también la amenaza autoritaria que enfrentamos y que no se expresa solamente en “grupos de choque” como “La resistencia” sino sobre todo en aquellos actores políticos articulados al gran capital que buscan imponer cambios constitucionales para permanecer en el poder y tomar control de diversas instituciones, apelando, además, a las fuerzas armadas.

Para Ballón, estamos en un escenario claramente destituyente en el cual un cambio de gobierno sería solo un momento, un eslabón que no permitiría aún pasar de la negación a la afirmación. Sin embargo, no se avizora aún una salida constituyente a la crisis dada la fragmentación de la sociedad, la debilidad de los movimientos sociales y la desconfianza de los nuevos activismos hacia los agentes tradicionales de la política. Ballón se pregunta también cuánto es posible hablar de comunidad política en un país de estas características y con más de 78% de informalidad (octubre 2021) o sino vivimos más bien en una “fantasía republicana” donde está consagrada la desigualdad.

Por su parte, Rosmery Roca señaló el riesgo de vaciar de contenido algunos conceptos como el de “crisis” o propuestas como la de la asamblea constituyente ya sea por repetición arbitraria o por proponerlas de manera efectista sin voluntad real de que se concreten. Así, por ejemplo, Roca señaló que las movilizaciones realizadas en abril y mayo, particularmente el paro regional que se llevó a cabo en el Cusco, pusieron en la agenda la asamblea constituyente y se presentó una oportunidad para plantear una ruta de impulso al proceso constituyente de manera planificada y articulada, sin embargo, el gobierno de Castillo redujo el proceso a la presentación de una iniciativa legislativa efectista sin futuro que fue, tal como se preveía, rápidamente archivada por el Congreso. “Lamentablemente este gobierno utiliza las banderas de cambio y las termina vaciando de sentido, como ha ocurrido por ejemplo con la Segunda reforma agraria o la Asamblea Constituyente”, señaló Roca. Recordó así que, tal como lo está mostrando Chile, un proceso constituyente es el resultado de años de acumulación, y señaló que en el Perú estaríamos aún en un momento inicial en el que es necesario priorizar la articulación de las luchas, hablar de los problemas cotidianos de la gente y al mismo tiempo, plantear un proyecto de país, un horizonte. Planteó también la importancia de ampliar el debate sobre la nueva Constitución incluyendo las agendas de diversos sectores, no solo hablar del modelo económico sino de otros temas como los derechos, la igualdad, el sistema político.

Marino Flores sostuvo que en la política peruana hay tendencias de cambio y de continuismo. Por un lado, las fuerzas del cambio promueven la nueva Constitución, los derechos sociales y la Segunda reforma agraria. Por otro lado, los que defienden la continuidad buscan profundizar el modelo neoliberal, pero dado su agotamiento eso ahora solo es posible con autoritarismo y represión. Flores dijo que las fuerzas del cambio deben analizar cuidadosamente el escenario destituyente, pues la propuesta de “que se vayan todos” favorece la posibilidad de que la ultraderecha tome las riendas del país. Por eso, señala, es importante construir el sujeto que lidere el proceso destituyente-constituyente, y “ese sujeto es la unidad política, social y ciudadana por el cambio. El cambio no vendrá de un presidente ni de algún poderoso sino del pueblo”. La creación de ese sujeto y el impulso de sus propuestas depende de las mismas fuerzas del cambio, señaló, y anunció la realización de un paro nacional los días 27 y 28 de junio en el que los gremios agrarios y ronderos harán énfasis en la exigencia de la Segunda reforma agraria y la nueva Constitución.  “En la Macrosur las organizaciones están todas de acuerdo con la Segunda reforma agraria, la nueva Constitución. Algunos plantean cierre del Congreso y otros ‘que se vayan todos’”, señaló. Y terminó concluyendo que “toda crisis es una oportunidad. Los sectores agrarios y ronderos estamos en un proceso de unidad programática frente a la emergencia, pero también por reformas más profundas. Con la Asamblea nacional de los pueblos buscamos seguir articulando”.

Finalmente, Catherine Eyzaguirre argumentó que la situación económica actual muestra el fin de un modelo enfocado únicamente en la macroeconomía y sin atención a los temas de desigualdad y protección social. “La crisis política en el Perú se da en medio de una crisis global climática y alimentaria. Hoy la principal preocupación de amplios sectores es cubrir la canasta básica. Los últimos paros plantearon esa preocupación”, señaló. Actualmente el alza del costo de vida es un tema central para el pueblo peruano, pero las medidas que tomó el gobierno son insuficientes y nos muestran que si no resolvemos lo estructural no se puede resolver lo urgente. El gobierno disminuyó el IGV a cinco alimentos, pero como tenemos una estructura de mercado monopólica esto no se ha traducido en una disminución de precios, los que siguen muy altos para las economías familiares. El Estado no tiene liderazgo en este tema tan crítico, lo que se complica con los recurrentes cambios ministeriales. Eyzaguirre enfatizó que hay que exigirle al gobierno que sus propuestas de campaña se conviertan en propuestas concretas, porque la crisis alimentaria afecta sobre todo a quienes menos tienen.

Por otra parte, Eyzaguirre advirtió que este Congreso ya está haciendo cambios a la Constitución, más de 50 artículos sin debate público. “Es momento de discutir democráticamente una nueva Constitución, no como la del 93 que se dio en un contexto de golpe. Solo 17% de la ciudadanía (IEP) plantea que NO se debe hacer ningún cambio en la Constitución. Todos los demás sí plantean cambios y entre los temas más importantes para la gente está el tema económico”. Así, el debate mostró las diversas dimensiones de la crisis y las múltiples oportunidades que se abren para la acción política del cambio. La crisis está modificando el usual terreno político y social del Perú, lo que obliga a trazar estrategias nuevas mirando diversas dimensiones de la vida del país y dotando de nuevos contenidos a la política. En este escenario, lo único que podemos tener por seguro es que la Constitución, el Estado, la democracia, seguirán siendo conceptos en disputa por parte de las diversas fuerzas políticas y sociales. Desde Nuestro Sur seguiremos contribuyendo al debate y a la construcción de alternativas democráticas y transformadoras, recordando que, como lo señaló Catherine Eyzaguirre, “es importante pensar en cómo abrir a la ciudadanía los caminos hacia la política para que se involucren en los cambios que nuestro país necesita porque, finalmente, la política es la que nos va a llevar a salir de la crisis”.

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