Pier Paolo Marzo

Con José Jerí encargado de la presidencia de la República ha cambiado el estilo de gobierno. Ya no estamos ante un presidente enajenado, como Dina Boluarte, desconectada de la realidad. Por el contrario, toma iniciativa y ha buscado acercarse a sectores sociales: representantes de comunidades nativas de Huánuco, Loreto y Ucayali, con quienes trató demandas sobre seguridad e infraestructura, recibió al alcalde de Pataz que llegó a Lima tras un recorrido desde su provincia, ha coordinado acciones con el nuevo alcalde de Lima y alcaldes distritales de esa ciudad, se ha reunido con dirigentes de transportistas y la llamada Sociedad Nacional de Intérpretes y ha ampliado la alianza que tenía Dina Boluarte con algunos gobernadores regionales. Además, pretende aparentar liderar la lucha contra la criminalidad, con gestos como la visita a un establecimiento penitenciario y salidas en madrugadas. Finalmente, ha permitido que el director general de la Policía Nacional señale a uno de los policías que participó en la represión de la gran movilización ciudadana del 15 de octubre, Luis Magallanes, como responsable directo del homicidio de un joven músico, Mauricio Ruiz, ocurrido horas después. Esto contrasta con la impunidad total por los asesinatos cometidos por las fuerzas represivas durante el período de Dina Boluarte.
Este cambio de estilo le ha permitido generar entusiasmo en el apoyo de los partidos políticos que controlan la mesa directiva del Congreso: Fuerza Popular, Alianza por el Progreso, Perú Libre y Somos Perú, más Renovación Popular (a pesar de las declaraciones de su candidato y líder López, exalcalde de Lima), que con 63 votos bloquearon la moción de censura de su mesa directiva, luego de la brutal represión de la movilización ciudadana del 15 de octubre, a pesar de la puesta en peligro de la vida de una niña hija de una vendedora ambulante en la avenida Abancay y los ataques mortales a los músicos Luis Reyes y Mauricio Ruiz, luego de la marcha, que ya se cobraron la vida del segundo de ellos.
Precisamente esa votación ha sido una señal evidente de los elementos de continuidad de la dictadura congresal instaurada desde el 7 de diciembre de 2022. Recordemos que los mismos partidos que bloquearon la discusión de la censura de la mesa directiva del Congreso ya habían sumado 61 votos para impedir el cambio de esa misma mesa directiva poco antes de que Jerí suceda a Dina Boluarte.
Lamentablemente, la criminalidad organizada tampoco ha sentido una diferencia en el gobierno: en los días de la encargatura de Jerí ha habido al menos 9 asesinatos, incluyendo a dos músicos y a dos transportistas, una pasajera y un obrero. Los sicarios autores de esos crímenes no se han inmutado ante la ley que les eleva las penas hasta la cadena perpetua. Y los mandos policiales, a la vez que mantienen su inoperancia ante estos crímenes, continúan dirigiendo a sus subordinados como si la ciudadanía que protesta fuera su enemiga.
Una continuidad feliz, a pesar de lo anterior, es la mostrada por la resistencia ciudadana ante la dictadura congresal, que ha sumado nuevos actores: ha aumentado la movilización en Lima y otras ciudades, con más participación juvenil y se ha reactivado el voluntariado en la defensa legal de buena calidad en favor de los y las jóvenes a quienes se detuvo por protestar, al punto que todos los pedidos de prisiones preventivas contra ellos y ellas han sido declarados infundados, de manera que ya se encuentran en libertad. Esto concreta el mensaje de Jesús el Galileo, de que “la verdad nos hará libres”. Y resulta un signo de esperanza en que el régimen autoritario del Congreso, a pesar de haberse relanzado con algunas formas renovadas, será finalmente derrotado por quienes anhelan que nuestro Perú sea un país en el que todos y todas podamos vivir bien.
