Pier Paolo Marzo
La vida del Papa Francisco, recordada por todo tipo de personas y organizaciones, nos deja muchas lecciones, en el marco de un mensaje y una práctica coherentes en la opción preferencial por los pobres, como fidelidad al Evangelio de Jesús el Galileo: El día en que asumió el pontificado, pidió una residencia relativamente austera, fuera de los palacios vaticanos. El día de la disposición final de su cuerpo, este fue escoltado por los más marginados, en cumplimiento de su última voluntad. Fue una vida llena de gestos que acompañaron sus mensajes de rechazo a las distintas formas de discriminación y explotación, promoviendo en su lugar la fraternidad social y el cuidado de la casa común.
De entre sus muchos mensajes, comparto algunos de los que nos dan pautas para salir de la dramática situación política en que nos encontramos en Perú y buena parte del mundo. Situación con elementos intolerables:
- Un 40.4% de anemia proyectada para 2025, afectando especialmente a niños y mujeres. Que se agrava de un lado por la corrupción entre altos funcionarios del gobierno coordinados con proveedores empresariales, y de otro, con otros altos funcionarios que reducen el presupuesto para afrontar dicho mal.
- Aumento de feminicidios: 17 en enero de este año, que continúa una tendencia ascendente: 170 el 2024, 5 más que el 2023, que a su vez tuvo 18 más que el 2022).
- Inseguridad ciudadana con un homicidio cada cuatro horas y continuidad de las extorsiones, respondidas con la restauración del responsable político de esta situación, el ministro censurado Santiváñez, en un cargo inventado cercano al despacho presidencial. Esto le asegura mantener su injerencia en la Policía Nacional.
- Degradación general de las capacidades de distintas entidades del Estado de responder a las demandas de la ciudadanía en Educación, Salud, Transporte y Desarrollo Agrario, entre otros sectores.
Y una fragmentación partidaria en 43 organizaciones políticas, que nos dificulta escuchar propuestas para superar dicha situación.
Ante ello, Francisco nos propone una mejor política, basada en que “la caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une” (Fratelli Tutti 182) … “porque cuando está en juego el bien de los demás no bastan las buenas intenciones sino lograr efectivamente lo que ellos y sus naciones necesitan para realizarse” (Fratelli Tutti 185). También nos recuerda que una atención especial a los más pobres es el rasgo distintivo de la mejor política:
“Sólo con una mirada cuyo horizonte esté transformado por la caridad, que le lleva a percibir la dignidad del otro, los pobres son descubiertos y valorados en su inmensa dignidad, respetados en su estilo propio y en su cultura, y por lo tanto verdaderamente integrados en la sociedad. Esta mirada es el núcleo del verdadero espíritu de la política” (Fratelli Tutti 187).
Finalmente, Francisco le plantea a las personas que participan en política el desafío de dejar espacio para el amor: “También en la política hay lugar para amar con ternura. ¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace cercano y concreto” (Fratelli Tutti 194). Hagamos nuestro y multipliquemos este mensaje.