América del Sur: escenario de disputa político militar entre EE.UU. Y China

Ricardo Soberón

Desde la época de la Segunda Guerra Mundial y la amenaza de una invasión japonesa al Pacífico occidental, hemos vivido 80 años de hegemonía militar y policial de EE. UU en toda América Latina. En todo este tiempo, solamente Cuba, Venezuela y Nicaragua y hasta cierto punto el Perú de Velasco, en distintos momentos fueron reacios a continuar la dependencia del suministro de armamento de origen norteamericano. Durante el período de la Guerra Fría y sobre todo después del triunfo de la Revolución cubana en 1959, la doctrina de la “guerra contra el enemigo interno” llevó al desarrollo de aparatos militares formados en la Zona del Canal de Panamá en operaciones de lucha antiguerrilla, que se inauguró con la fracasada invasión de Bahía Cochinos (1962) y continuó en sucesivas intervenciones puntuales. Estas fueron luego acompañadas con experiencias de intervenciones políticas y de inteligencia, así como acciones de entrenamiento y asesoramiento militar de distinta índole en la Guatemala de Arbenz, Brasil, Bolivia donde incursionó la guerrilla del Che Guevara; el resto de los países continuaron siendo parte del TIAR, la Junta Interamericana de Defensa y desarrollando relaciones dependientes con el Comando Sur, el Departamento de Defensa y la CIA. Ya en la década de los 70 con la intervención directa en el golpe militar de 1973 en Chile, se consolidó una forma mayor de intervención en asuntos domésticos. La posterior ejecución posterior de la “Operación Cóndor” contra enemigos y sospechosos de comunistas en los países del Cono Sur, se convirtió en un instrumento operativo de dicha doctrina: el aniquilamiento físico de adversarios políticos. El sostenimiento hasta 1979 de la Nicaragua de Somoza, y la posterior guerra de los contras implementada en el gobierno de Reagan, sostenida con el desvío de armas y recursos a cambio de cocaína, fueron el puente de transición de una doctrina a otra.

Luego vendría la denominada “guerra contra las drogas” iniciada en la década de los 70 y propagada inicialmente hacia México y luego los países andinos productores de la coca y la cocaína resultante. Esta nueva cruzadacondicionó la cooperación internacional y el desarrollo de doctrinas, misiones y la propia evolución de estructuras, equipos e infraestructura de ejércitos, armadas y fuerzas aéreas de todos los países latinoamericanos. El desarrollo especializado de aparatos de inteligencia policial, la militarización de las policías nacionales, la conversión progresiva de las Armadas en guardias costeras interdictivas, fueron acompañadas de una extensa red de bases militares que luego se convirtieron en Forward Operational Locations en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, capaces de albergar equipos y personal militar en caso necesario. El Perú volvió a vivir el cruce de ambas doctrinas con el surgimiento de las acciones terroristas del maoísta Sendero Luminoso entre 1980 y 2000, que reabrieron y tensaron la relación entre Washington y Lima, a partir del enfrentamiento entre enemigo interno y lucha antinarcóticos.

La progresiva penetración de los intereses comerciales, económicos y financieros de China Popular en la región empezó con la creciente demanda de materias primas y recursos naturales provenientes del hemisferio occidental, particularmente, en los casos de Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Perú. así como el creciente interés por el desarrollo de la explotación de minerales de tierras raras en el denominado Triángulo del Litio.

La construcción de grandes obras de infraestructura en el marco de la Nueva Ruta de la Seda, fueron seguidos de creciente involucramiento chino en el sector de seguridad y defensa, a través de la venta y donaciones de armas, más la presencia de empresas de seguridad privadas y entrenamiento de militares sudamericanos en China, en el marco del Libro Blanco de Seguridad Global de ese país[1]. El 2012 se materializó con la firma de un acuerdo para la instalación de centro estratégico para la actividad aeroespacial, como es el caso de la Estación Espacio Lejano en la provincia de Neuquén en Argentina[2]. Esto ocasionó la molestia del Comando Sur y la reacción de su jefa, la General Laura Richardson. No es la única estación usada por empresas chinas, tenemos una similar en el estado de Guaricó Venezuela y La Guardia en Bolivia, como parte del programa espacial chino que incluye una zona económica lunar y la posibilidad de una base permanente, con amplias posibilidades de uso científico, pero también militar. Este capítulo toma un punto culminante con la inauguración del puerto de Chancay que será un “hub” estratégico para el transporte Asia Pacífico.

En consecuencia, EE. UU no se quedó atrás y en paralelo ha suscrito memorándums de entendimiento entre la NASA y el CONIDA[3] dependiente de la Fuerza Aérea Peruana, para el desarrollo de tecnologías avanzadas e investigación científica, así como la construcción de su propia estación de lanzamiento de sondas espaciales desde Punta Lobos, Pucusana, en un lapso de cinco años.  Ello va acompañado de la inclusión en el informe Multianual de Inversiones del sector de Defensa de la construcción del Puerto Espacial correspondiente, que podrías estar ubicado en la Base El Pato en Talara o la joya en Arequipa.

¿Estamos frente a una evidente disputa y escalada de intereses, tensiones y actividades entre ambos países para la próxima década?

Desde una perspectiva estratégica, es obvio que las tensiones se han incrementado y podrán aumentarse con la nueva administración de Trump que tiene una posición confrontacional en términos no solo comerciales sino también estratégico militares con Beijing por la situación en Taiwán, Corea, el sudeste asiático y por supuesto, América Latina. Mientras Donald Trump mantenga una agenda hacia la región esencialmente negativa basada en la lucha contra la migración, la criminalidad y las drogas, además de un sistema de sanciones focalizadas, la mesa estará servida para Xin Jinping


[1] https://www.infobae.com/america/mundo/2024/02/24/la-avanzada-china-sobre-la-seguridad-de-america-latina-y-el-caribe/

[2] https://www.politicaexterior.com/la-estacion-espacio-lejano-de-neuquen-guerra-de-satelites/

[3] CONIDA y NASA firman acuerdo para el lanzamiento de cohetes sonda desde el Perú en 2028 | RPP Noticias