Valeria Sofía Alarcón Rivera
¡Cuánto dolor hay en mi corazón
cuando te siento dividido, mi gran Perú!
Hace 200 años que gritamos ¡libertad!, pero, ¿realmente somos libres?
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
Hoy escondo de dónde soy, de dónde vengo, a dónde voy.
Escondo mi idioma, mi religión, mis raíces,
porque necesito que me aceptes y no me veas diferente.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
Rojo es el color de la sangre como el color del amor,
pero… no lo ves, no lo sientes,
porque no soy de arriba.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
No soy llama, no soy alpaca,
soy de carne y hueso como Dios lo quiso.
Soy indio y no me avergüenzo.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
Lo que no se nombra simplemente no existe,
mi voz es una voz que agoniza en el silencio.
El tiempo es el que cura mis heridas.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
No podemos avanzar
porque siempre seré menos
y no valoras lo que realmente soy.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!
¡Libertad! “Libertad” fue el grito de nuestros patriotas.
200 años después … sigo gritando ¡libertad!,
soñando con un Perú para todos.
¡Cuánto dolor hay en mi corazón!