Blaise Tulo: “China y Rusia son socios tácticos, pero no la solución”

Nuria Jazmín Pazos*

Blaise D. K. Tulo es dirigente del Movimiento Socialista de Ghana y miembro del Secretariado de Pan-Africanism Today (PAT), una plataforma que articula movimientos populares del continente africano y forma parte de la Asamblea Internacional de los Pueblos (AIP). En esta entrevista, analiza la situación actual en África subsahariana, los procesos políticos en el Sahel y la República Democrática del Congo, así como la presencia y disputa en estos territorios de potencias como Estados Unidos, China y Rusia. También reflexiona sobre la Alianza de Estados del Sahel (AES) —conformada por Mali, Burkina Faso y Níger— como nuevo instrumento de integración regional y sobre las posibilidades de colaboración con América Latina en el marco de una agenda Sur-Sur.


Empecemos con la situación general en África subsahariana: ¿Cuáles son los principales problemas y desafíos que ves?

África Occidental está en una crisis muy seria. La contradicción principal es la legitimidad política. Creo que los líderes del continente, especialmente de África Occidental, están perdiendo legitimidad política. Hasta el punto en que la clase trabajadora ya no tiene confianza en las instituciones políticas que se establecieron para construir lo que llamamos democracia. La primera de esas instituciones es el sistema electoral. El pueblo de África Occidental se ha dado cuenta de que las elecciones son solo una rutina para elegir a la misma clase de personas que no defienden sus intereses, sino los intereses de las potencias imperialistas occidentales. Por ejemplo, Ouattara en Costa de Marfil ha reformado la constitución dos veces para ir por un cuarto mandato, y cada vez que cambia la constitución y gana una elección, todos los líderes de África Occidental asisten a su inauguración. A su vez, nuestra política económica está dirigida y orquestada por el FMI y el Banco Mundial, y el sistema económico que nos han impuesto hace muy difícil para nuestros gobiernos satisfacer las necesidades básicas de nuestro pueblo. Otro tema muy importante es el establecimiento de bases militares en toda la región: Ghana, Costa de Marfil, Benin. Ahora tienen bases de drones avanzadas, que no ocupan físicamente el espacio que solían ocupar, pero están utilizando estos drones para monitorear toda la región con el fin de asegurar la extracción de los recursos minerales.

Al mismo tiempo, nuestros movimientos políticos están creciendo, así que hay un equilibrio de estas dos crisis que han llevado a la situación en la que estamos ahora, especialmente en el Sahel, donde los golpes de estado son golpes populares, el pueblo está tomando el destino en sus manos. A su vez, todos los países francófonos aún tienen sus reservas en el Banco Central de Francia, por lo que cada vez que quieren financiar proyectos de desarrollo van a Francia, piden prestado su propio dinero y pagan intereses por ello. Así que el Franco CFA, que todavía es un legado colonial, ha causado intensas crisis económicas y políticas dentro de África Occidental francófona.


¿Cómo caracterizan la presencia de China y Rusia en la región?

Creo que debemos ser muy cuidadosos. Entendemos la geopolítica del mundo, la historia de nuestras luchas. En Mali podemos ver que son los chinos los que participan en toda la minería a pequeña escala, también están en Ghana y en Zambia. Lo que Estados Unidos está haciendo es crear en la región lo que llamo histeria anti-China, insinuando que está intentando recolonizar el continente africano. Actualmente este país es el socio comercial más grande de África, ha superado a Estados Unidos.

Es cierto lo que la gente denuncia: la destrucción que empresas chinas están causando en algunos de nuestros países, pero ¿es esa la contradicción principal en el continente? Mi respuesta es no. Durante décadas, empresas privadas como Anglo-Gold Ashanti plc de Gran Bretaña y Newmont Corporation de Estados Unidos han sido los mayores conglomerados mineros de la región, han extraído y explotado nuestros recursos durante décadas. Sabemos que ambos países tienen sus manos manchadas en la historia de la esclavitud y el colonialismo, y ahora acusan a China de imperialista. No se puede ser imperial sin ser colonial, no es posible conceptualmente. Sostengo que la responsabilidad de nuestras organizaciones  es poder combatir estas ideas.

Hay capitales privados chinos que buscan territorios, como muchas otras empresas privadas en el mundo que buscan regiones donde invertir. Podemos condenarlos, pero el gigante asiático no tiene ni ha tenido una política de saqueo colonial, sino que busca lo que se conoce como la solución win-win, quiere políticas económicas efectivas que beneficien al pueblo africano y beneficien a China. Cuando da préstamos a través de su Banco de Desarrollo a gobiernos africanos, aseguran que esos préstamos conduzcan a la construcción de infraestructura.

Por poner un ejemplo interesante, en 2023 Kamala Harris visitó Zambia y tuvo una reunión de alto perfil en un auditorio construido con un préstamo chino, la carretera que tomó desde el aeropuerto hasta el auditorio fue financiada con un préstamo de este mismo país, el aeropuerto donde aterrizó fue financiado también por ellos. Y la entonces vicepresidenta se sentó en esta reunión y dijo que China se está convirtiendo en enemiga del continente africano. ¿Cómo se atreve? ¿Puedes señalar algún desarrollo tangible que EE. UU. haya promovido en nuestro continente africano? No lo encontrarás. Lo que hacen es otorgar créditos a gobiernos títeres de su régimen y usan esos préstamos para avanzar con sus propios intereses.

En este sentido, nuestra tarea política es concienciar a nuestra gente contra esta histeria anti-China liderada por Estados Unidos. Y por cierto, incluso si China intentara colonizar África, no es Estados Unidos quien debe decirnos eso, no tienen legitimidad para hacerlo, sus manos están manchadas y deberían guardar silencio. Determinaremos nuestro propio camino, el camino del pueblo africano y sus líderes para avanzar con los deseos y aspiraciones de nuestra gente.

Respecto de Rusia, antes de que ocurriera el golpe de Estado en Burkina Faso, más del 60% del territorio estaba controlado por insurgentes. Después del golpe, con la ayuda de Rusia, han recuperado más del 80% de su territorio. Por supuesto que tiene un interés en el continente africano. Pero en un mundo de tensiones geopolíticas, no quieres que una potencia sea excesivamente fuerte. Para nosotros en el continente, si la emergencia de Rusia debilita a Estados Unidos, es algo bueno. Si la emergencia de China debilita a Estados Unidos, también. No significa que sean nuestra solución, pero al menos reduce el poder que hace que solo una nación sea la más poderosa en la superficie de la Tierra. Y los mantendremos cerca en la medida en que nos ayuden a enfrentar la crisis que Estados Unidos está creando. Cuando lleguemos a una etapa en que hayamos derrotado al imperialismo estadounidense, que es nuestro principal objetivo, cambiaremos nuestras tácticas para tratar con Rusia y China.

En este sentido, si bien estos dos países se han convertido en un paso importante hacia el avance de nuestro proyecto panafricano, no estamos buscando reemplazar a Estados Unidos. Buscamos lograr un mundo más multilateral donde podamos manejarnos como países independientes, autosuficientes, que se respeten y respeten sus fronteras. China y Rusia han surgido como socios tácticos que pueden ayudarnos a construir nuestra confianza, y creo que debemos hacer buen uso de ello, pero no son la solución.

¿Qué consideraciones tienen sobre la situación actual en la República Democrática del Congo?

Está claro para todos nosotros que no se puede separar a Paul Kagame de las situaciones que ocurren en la RDC, él se ha convertido en el ojo, el vigilante del imperialismo estadounidense en el país. Sabemos que utilizan gran cantidad de helicópteros para mover recursos de RDC hacia Estados Unidos, también sabemos que las comunidades indígenas están siendo eliminadas solo con fines de extracción de recursos minerales. Al Jazeera ha reportado que desde 1996 hasta ahora 6 millones de congoleños han sido asesinados. También entendemos que solo el Congo tiene la capacidad de electrificar todo el continente africano. De hecho, nuestro análisis es que no podemos construir un panafricanismo revolucionario sin la liberación del Congo.

Ha sido difícil establecer vínculos con los movimientos locales, porque con casi cualquiera que hables en la RDC, incluso sindicatos, hay un 70 % de probabilidad de que Estados Unidos se haya infiltrado. Se trata de una realidad desafiante, pero es nuestra responsabilidad abordar la cuestión del Congo. Sabemos que Patrice Lumumba fue asesinado por el discurso que dio en 1965, donde denunció que el Congo debía desarrollarse y explotar sus recursos para el beneficio de su pueblo. Su cuerpo fue disuelto con ácido. Es la crueldad de las fuerzas imperiales. No vamos a depender de Estados Unidos para decir quiénes son nuestros amigos y enemigos.


Sobre el proceso del Sahel, ¿qué papel tiene la juventud y el feminismo?


Es  importante señalar que no es la primera vez en el continente que se intenta formar una alianza. En 1965, Nkrumah intentó unir Mali, Ghana y Guinea para formar una confederación en el proceso de construir la unificación de todo el continente africano. Por supuesto, las fuerzas imperiales reaccionarias intervinieron, derrocaron al régimen de Nkrumah y destruyeron ese proyecto. Así que ahora, la formación del AES, Mali, Burkina Faso y Níger es un instrumento político muy importante, es el inicio de la unificación del continente africano. Es un sustituto de lo que ni la CEDEAO ni la UA pueden hacer. Estos organismos se han convertido en títeres de Estados Unidos y Gran Bretaña.

En términos de las formaciones juveniles y femeninas, componen la mayor parte de la población que estuvo en la calle para apoyar este proceso. En Níger, las mujeres formaron la “defensa de la patria”, eventos culturales que se desarrollan cada noche en partes importantes de la ciudad de Niamey con el propósito de observar y continuar defendiendo los procesos que se están desarrollando. Lo que hemos tenido muy claro es que la juventud, las mujeres y los hombres son fuerzas sociales muy importantes para nuestro pueblo, pero no queremos aislarlos como una clase por sí sola. La juventud y las mujeres no son clases, son parte de la entidad de la clase trabajadora, así que nuestra responsabilidad es asegurar que estos cuadros se desarrollen a través de sus organizaciones. Por supuesto, debemos enfrentar todos los vicios de la sociedad capitalista y patriarcal.


¿Cuál creés que podría ser el papel de Sudáfrica en el continente como parte de los BRICS?


Sudáfrica se está convirtiendo en uno de los problemas del continente. No puede ser aliada del AES. Sudáfrica, Kenia, son los ojos del imperialismo estadounidense en el continente. Los negocios sudafricanos están en todo el continente, y sus dueños son la minoría blanca del país. En contraste, la política internacional más progresista en el continente también viene de Sudáfrica, llevaron a Israel a la Corte Penal Internacional, lo cual fue muy importante para nosotros, pero lo hacen por su propia historia de apartheid. Así que en ese sentido, confiamos en ellos para liderarnos en la lucha por Palestina. Pero fuera de esto debemos tener mucho cuidado con la geopolítica de Sudáfrica porque junto a Brasil están vetando que otros países se unan a los BRICS. Me sorprende que Brasil haya vetado el ingreso de Venezuela a este bloque.

En este sentido, China nos brinda una alternativa a la OTAN, al FMI, al Banco Mundial, y nos alineamos con ella solo por el beneficio mínimo que brinda a nuestro pueblo. Fuera de eso, los BRICS no han proporcionado una justificación política suficiente que tenga en cuenta los deseos y aspiraciones de nuestro pueblo. Incluso me han dicho que el banco construido por los BRICS necesita la aprobación del FMI antes de poder otorgar préstamos a los países en desarrollo. Es increíble. Tiene sentido porque necesitas usar el sistema SWIFT y Estados Unidos tiene el monopolio. Así que los BRICS siguen siendo importantes para nosotros, pero no son la solución a las luchas de nuestro pueblo.

Por último, ¿qué ves en términos de colaboración entre América Latina y la región del Sahel o la región subsahariana?


En América Latina están mucho más avanzados en términos de construcción organizativa, construcción de movimientos, solidaridad, y han vivido gobiernos progresistas antes. Es importante que trabajemos juntos, tenemos mucho que aprender de ustedes. El nivel de desarrollo de sus organizaciones, un apoyo al proceso saheliano ayuda a alejar a Estados Unidos. Es una nueva idea que debemos explorar mucho mejor.

Un área en la que podemos trabajar juntos, y en la que ya hemos comenzado, es en el área de la batalla de ideas. Los medios juegan un papel muy importante en esto, necesitamos compartir información y fortalecer nuestra estrategia de medios y comunicación. Debe haber un medio donde la gente en América Latina pueda saber inmediatamente lo que está pasando en AES, y creo que la única forma de hacerlo es a través de nuestros medios. Con respecto al proyecto de medios, el Boletín PAT (Pan Africanism Today) está disponible, Pan African TV está disponible, estamos trabajando con News Click incluso en Estados Unidos, estamos trabajando con People’s Dispatch en India, con New Frame, con Telesur.

Si  fortalecemos la interacción, podemos pensar juntos en las formas en que podemos ayudar al proceso cubano, al proceso venezolano en América Latina. Porque si Cuba cae, todos fallamos, si Venezuela cae, todos fallamos. Y esta nueva intención de trabajar juntos con el Sahel y América Latina, parte de la AIP, es una iniciativa muy importante y debemos ayudar a desarrollarla y hacerla mucho, mucho más fuerte.


* Nuria Jazmín Pazos es integrante del equipo internacional de PG de Argentina.