Examen crítico sobre la hoja de coca: a la espera de una decisión politica

Ricardo Soberón Garrido

El informe preliminar de la OMS sobre la hoja de coca presenta omisiones, un enfoque eurocentrista y reconoce que el sistema internacional ha fracasado en controlar los cultivos en la región andina.»

Acaba de aparecer, aunque bajo embargo el reporte elaborado por equipo de expertos del Comité de Drogas y Farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud, a cargo del Examen Crítico de la Coca. Son 126 páginas que pasan revista por todos los temas planteados por los Gobiernos de Bolivia y Colombia.

Es necesario entender el contexto, en el que aparece. La situación de mayor debilidad y legitimidad del sistema internacional, representado por la ONU, que se manifiesta en la incapacidad de la Asamblea General para lograr consensos creíbles, del Consejo de Seguridad para asegurar la paz y el no uso de la fuerza, del propio ECOSOC en materia social, y de las agencias específicas como el PNUD respecto de la Agenda 2030 y el no logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o del ACNUR y la OIM en relación con la migración y por último del UNODC, en el combate al crimen organizado trasnacional. Es en este escenario de pérdida de legitimidad que se produce el análisis y revisión crítica del estatus jurídico de la hoja de coca.

La solicitud de Examen Critico presentada el 2023 por Bolivia y Colombia, enfrenta un escenario adverso, incluso en América Latina, donde países como Perú (el mayor consumidor tradicional y moderno), Argentina y Ecuador (cuyas sociedades rurales tienen consumo de coca), se oponen erróneamente a dicha revisión crítica. Dicha petición, se presenta y debe ser resuelta en la Comisión de Estupefacientes de marzo del 2026, en una coyuntura donde el presidente Trump vuelve a revivir los viejos y fracasados conceptos de la “Guerra contra las Drogas”, pero de una manera exacerbada mediante el uso de la fuerza militar bruta en el Caribe.

El próximo 20/22 de octubre se realizará la 48va reunión del propio Comité de Expertos en Drogas y Dependencia de la OMS, quienes definirán la suerte del Informe: si retiran o no la Hoja de Coca de la Lista Uno de Sustancias Controladas. Hemos tenido acceso a las 126 páginas del reporte de los expertos, que se han pronunciado en temas de farmacología, toxicología, epidemiología y usos ancestrales de la planta, y no somos muy optimistas: hay una selección parcial de las fuentes, el uso de frases concluyentes que implican un adelantamiento de opinión, el uso de un marco teórico científico eurocentrista. A continuación, algunos alcances, generalidades, omisiones y contradicciones del Informe:

Quiero enfatizar un solo elemento del reporte del Comité de Expertos de la OMS: el reconocimiento del fracaso del sistema internacional para controlar el crecimiento de los cultivos de coca en la región andina, para lo cual, toma los ejemplos de Colombia y Perú, mientras que Bolivia logró su estabilización. Es este mismo sistema que impidió o por lo menos limitó durante cincuenta años, las posibilidades de hacer investigaciones específicas sobre coca, que el propio reporte reclama. Es este mismo sistema que ha limitado las posibilidades de crecimiento o consolidación de los usos ancestrales y modernos.

En últimas, podemos concluir que respecto de las decisiones de la ONU de 1952 que condenaron injustamente la coca con afirmaciones racistas contra la cultura andina, las imputaciones ahora se basan en la fácil convertibilidad de la coca en cocaína, cuestión que resulta por lo menos dudosa: 1 ha de coca produce aproximadamente 4 tm de hoja seca; de 1 tm de hoja se produce 1.5 kg de pasta y 1.4 kg de base; de 1 kilo de base se extrae 0.9 kgs de clorhidrato de cocaína. Es decir, de 1 hectárea de cultivo se extrae aproximadamente 3.6 kilos de cocaína, tras un proceso detallado de extracción y cristalización.

La decisión que se tome en marzo del 2026 será determinante: si los países aceptan la reclasificación del arbusto de la coca, el régimen de control podrá ser objeto de mejora y mayor eficiencia en su lucha contra el crimen organizado. En caso contrario, seguiremos siendo testigos de una guerra infame contra productores en el Sur Global.