¿El reclamo por un complejo cultural es una muestra de resistencia ciudadana?

Pier Paolo Marzo

Urgente, urgente, urgente,

¡Complejo cultural!

“El arte necesita

¡Un Complejo Cultural!”

La primera semana de setiembre del 2025 las calles de Huánuco se llenaron de cánticos acompañados del retumbar de bombos. Una bulliciosa movilización ciudadana de artistas, escritores, músicos y artesanos, convocados por la Asociación Civil Gran Complejo Cultural Huánuco, expresaba el clamor por un espacio dedicado al arte y la cultura en el centro geográfico de Perú.

Como anotó la comunicadora y poeta huanuqueña Sadith Vela Collazos, “La movilización no es solo un acto de protesta: es también un gesto de esperanza, una declaración de amor por la cultura y una resistencia ante el olvido. Huánuco se merece tener un hogar para su arte, un corazón cultural que lata más allá de las burocracias y que resguarde, en cada sala y en cada escenario, la memoria de quienes sueñan y crean en esta generosa tierra primaveral.”

Además de que, siguiendo al economista Aldo Reyes Viviano, el Complejo Cultural es una inversión estratégica, pues contar con un teatro moderno, talleres de arte y un centro de convenciones, no sólo “es una poderosa herramienta de inclusión e identidad” y concreta un derecho humano, sino que impulsará el turismo, generará empleo y por ende dinamizará la economía local.

De otro lado, la movilización ciudadana por el complejo cultural es, sí misma, un signo de los tiempos, siguiendo la invocación evangélica a saberlos apreciar: “¿Sabéis distinguir el aspecto del cielo y no sois capaces de distinguir los signos de los tiempos?” (Mateo 16, 2-3), llamaba la atención Jesús el Galileo a sus conciudadanos. Pues la marcha del 6 de setiembre no ha sido una mera reacción a la inacción por un año del gobierno regional en continuar con el cumplimiento de la Ley N° 30362, sino un hito más en un largo camino.  Efectivamente, dicha movilización se dio a un año de la recuperación del local ubicado entre los jirones Constitución, Dos de Mayo y Hermilio Valdizán para “la construcción del Gran Complejo Cultural de Huánuco, cuya finalidad es el uso exclusivo de investigación, capacitación y promoción del arte y la cultura regional huanuqueña, nacional y universal.” Recuperación que también fue acompañada de movilizaciones ciudadanas.

Ojo que los artistas, padres y madres de familia, ciudadanos y ciudadanas que reclaman un espacio adecuado para el arte y la cultura, no solo exigen el cumplimiento de la Ley 30362. También imaginan una región y un país mejor, donde el espíritu humano tenga lugares apropiados para desplegarse. Precisamente, este despliegue de la dimensión artística y cultural de nuestra sociedad es una razón de esperanza en que hay en nuestra región fuerzas vivas capaces de derrotar las fuerzas de la incultura, el autoritarismo y la mentira que ahora nos oprimen, enarbolando la bandera de la cultura como corazón que dinamice la identidad, la economía y el espíritu de la región.